El proceso está siendo desarrollado por el Estado Mayor Conjunto, donde se ha constituido una comisión integrada por representantes de la Marina, el Ejército y la Aviación.
El Skylark 1-LE es un avión que puede ser pilotado por control remoto o en forma automática y autónoma. Está equipado con un conjunto de sensores electrónicos que le permiten adquirir imágenes y datos de telemetría a baja altitud desde el aire, en toda condición de tiempo y clima.
Las imágenes e información pueden ser almacenadas a bordo del UAV o ser enviadas en tiempo real a una estación de control y recepción en tierra. El aparato, que puede ser transportado por dos soldados a pie, es empleado para vigilancia, reconocimiento e inteligencia táctica a corta distancia.
Su prioridad es la identificación y ubicación de blancos para la artillería, protección de la fuerza y seguridad de perímetro. El equipo electrónico y otras cargas van en una canoa montada bajo el fuselaje del Skylark 1-LE.
Los sistemas de visión van integrados en una torreta giratoria con cuatro ejes de movimiento que va instalada en la proa de la canoa. La torreta, que básicamente incluye una cámara digital para uso diurno y cámaras infrarrojas para uso nocturno, puede ser configurada para operaciones diurnas o nocturnas.
Las alas y las superficies de cola del Skylark 1-LE, al igual que su fuselaje tubular, están hechas con materiales compuestos similares al plástico pero de gran resistencia y bajo peso. La aeronave pesa 4,5 kg, es impulsada por un motor eléctrico y tiene una autonomía de vuelo de 1,5 horas.
El Skylark 1-LE es desarmado en secciones para su transporte, y puede ser rápidamente ensamblado antes de su lanzamiento, que puede ser manual o con ayuda de una pequeña catapulta. Para su recuperación, el pequeño avión regresa automáticamente.
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