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domingo, 26 de agosto de 2012

Centenario de la especialidad de Torpedos

Centenario de la especialidad de Torpedos
Una breve historia de la guerra silenciosa

El 15 de agosto la especialidad de Torpedos cumple su centenario, por lo que quisimos aprovechar para conocer un poco más de su historia y, a través de ella, el espíritu que impulsa el actuar de quienes han forjado la mística de los guerreros de la lucha antisubmarina.


Todo comenzó en 1878, cuando el Presidente Aníbal Pinto adquirió en Inglaterra cuatro lanchas armadas con dos torpedos de botalón cada una. La "Janequeo", "ColoColo", "Tucapel" y "Fresia" poseían una tripulación de 7 hombres, tenían 26 metros de eslora, 30 toneladas de desplazamiento y desarrollaban una velocidad máxima de 17 nudos. Fueron embarcaciones pioneras, portadoras de una poderosa arma que evolucionó muy rápido a lo largo de la historia, dejando a su paso una eficiente estela de destrucción y hundimiento de grandes buques.

Hacia fines del siglo XIX, prácticamente la totalidad de las unidades de la Escuadra estaban equipadas con torpedos como una de sus armas principales. En 1890, el gobierno que presidía José Manuel Balmaceda dispuso comprar en Inglaterra los cazatorpederos "Condell " y "Lynch", unidades cuyas principales características eran que contaban con una tripulación de 87 hombres, 70 metros de eslora, 713 toneladas de desplazamiento, portaban cinco torpedos sobre cubierta y alcanzaban una velocidad máxima de 20 nudos. Correspondió a estos buques, la madrugada del 23 de abril de 1891, protagonizar el primer ataque exitoso sobre un buque de guerra acorazado que se encontraba fondeado a la gira en el puerto de Caldera. Mediante el empleo de torpedos autopropulsados, el "Lynch" hundió a uno de los buques partícipes en la captura del "Huáscar", el blindado "Blanco Encalada" durante la Guerra del Pacífico, acertando un impacto directo en el centro del buque.

Un año después, el presidente Jorge Montt, valorando la importancia de esta arma, ordenó crear la Escuela de Condestables Artilleros y Torpedistas. La modernización de esta arma y la incorporación del material de minas llevó a establecer una escuela independiente para la enseñanza de Torpedos y Minas, la que hacia 1910 comenzó a funcionar simultáneamente a bordo de la corbeta "Pilcomayo" y en la Isla Quiriquina.

La autoridad naval de la época visualizó la necesidad de contar con personal calificado en la operación y mantención del arma que, junto a las minas de orinque, se desarrollaba en el mundo entero, convenciéndose de la necesidad de otorgar una ubicación definitiva a la Escuela. Así, el 15 de agosto de 1912 se inició la construcción, en la caleta El Manzano, de la Escuela de Torpedos y Electricidad, siendo este hito reconocido como la fecha oficial del nacimiento de la especialidad de Torpedos, cuyos primeros instructores fueron los franceses Pifaut y Ollivier contratados en 1890.

El 15 de febrero de 1957 la Escuela se trasladó a Viña del Mar, siendo recibida en el edificio donde funcionaba la Escuela de Artillería en Las Salinas. Tras un sinnúmero reestructuraciones y procesos de modernización educacional, en 2006 la Especialidad de Torpedos, Armas A/S y Minas para Oficiales y Torpedistas Operador de Sonar para Gente de Mar volvió a su tierra de origen, dictándose en la Escuela
de Submarinos "Almirante Allard".

Especialidad en constante modernización


Cien años han transcurrido desde aquel 15 de agosto de 1912. El paso del tiempo ha visto crecer la especialidad, de acuerdo a las necesidades institucionales y a los avances tecnológicos. En el ámbito de los sensores, los primeros sonares de casco QJB de los APD "Orella", "Uribe" y "Serrano" dieron paso a los inolvidables AN/ SQS omnidireccionales de los destructores, Fletcher, Summer y el recordado cazasubmarinos "Papudo".

Las fragatas Leander trajeron en la década de 1970 los PMS 32, introduciendo conceptos tecnológicos y procedimientos que llevaron a incorporar al área de Torpedos distintas especialidades en el área mecánica. Algo similar ocurrió con los DLG "Prat", "Cochrane", "Latorre" y "Blanco", dotados de sonares 184, cuyos primeros especialistas introdujeron conceptos tácticos, permitiendo que la Institución adquiriera los más avanzados procedimientos empleados en la guerra antisubmarina.

En la actualidad, nuestra Escuadra dispone de unidades de última generación, lo que requiere de un esfuerzo institucional importante para la preparación de las dotaciones. Los actuales especialistas son formados con los más altos estándares de capacitación nacional e internacional, lo que permite incrementar sus capacidades y habilidades, constituyendo un desafío profesional, tecnológico y personal.

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