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lunes, 13 de febrero de 2012

Antártica Chilena

Antártica Chilena



Resulta especialmente grato para la Subsecretaria de Defensa poder exponer la forma en que la Defensa Nacional, a través del Ejército, Armada y Fuerza Aérea desarrollan su quehacer antártico, marcando soberanía y teniendo como marco para ello el Estatuto Jurídico Internacional y la legislación nacional
Inicialmente se puede expresar que el concepto de soberanía supone la existencia de un territorio circunscrito por límites físicos o geoespaciales y la capacidad de imponer la jurisdicción del Estado sobre el mismo.
Lo anterior, permite orientar la gestión del Gobierno conforme sus políticas y objetivos, teniendo el sector defensa un papel importante en las políticas apuntadas a desarrollar aquellas zonas del territorio que por sus características y ubicación, necesitan de un respaldo especial del Estado.
El Territorio Antártico Chileno constituye un elemento relevante para la definición de la Política Antártica.
En 1940, Chile precisó mediante el Decreto Supremo Nº 1.747, los límites de su territorio en el continente helado. En dicho decreto se establece que forman la Antártica Chilena o Territorio Antártico Chileno todas las tierras, islas, islotes, arrecifes, glaciares y demás conocidos y por conocerse , en el mar territorial respectivo, existente dentro de los límites del casquete constituido por los meridianos 53º y 90º de longitud oeste de Greenwich.
Los derechos antárticos de Chile se encuentran fundados sobre bases históricas, geográficas y jurídicas.
Con estos antecedentes Chile concurre a las negociaciones del Tratado Antártico en 1959, junto a otros once Estados.
En relación con los Derechos de Soberanía Territorial, el Tratado establece en su Artículo IV que ninguna de sus disposiciones puede interpretarse como un menoscabo de los fundamentos de soberanía territorial de tales derechos, ni como renuncia a los mismos o a base de reclamaciones previamente formuladas.
En este sentido, el Tratado protege la situación jurídica del Territorio Antártico Chileno y garantiza la posición de las partes, respecto de los temas relativos a la soberanía sobre dicho continente.
Como lo reconoce el Tratado en su Artículo IV, Chile mantiene en forma irrenunciable sus derechos de soberanía territorial en la Antártica.
La Política que ha venido desarrollando nuestro país en la Antártica, se encuentra ligada fuertemente al origen y la práctica del Tratado Antártico, y en torno a negociaciones sobre regímenes de recursos y la protección del medio ambiente, considerando entre sus bases la naturaleza de los derechos reclamados, la participación en dicho tratado y su sistema y las competencias que deriven de éste.
Cabe señalar que el sistema mencionado forma parte del Estatuto Jurídico Antártico Internacional, considerando para tal efecto los siguientes instrumentos jurídicos internacionales:

El Tratado Antártico.
El Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección al Medio Ambiente.
La Convención para la Conservación de las Focas.
La Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos.
La Convención para la Reglamentación de la Actividades sobre Recursos Minerales Antárticos.
En su calidad de miembro consultivo originario de este instrumento internacional, Chile participa con derecho a voto en los procesos decisionales vinculados a la Antártica, y el propósito es proyectar los intereses nacionales en esta región del mundo, sin descuidar los aspectos de protección del medio ambiente y ciñéndose estrictamente a las distintas convenciones del sistema antártico que han sido suscritas.
Considerando todos los instrumentos legales internacionales antes mencionados, el Estado de Chile promulgó su Política Antártica Nacional, en Marzo del año 2000, estableciendo claramente la conjugación de grandes tendencias emergentes en el quehacer antártico, hacia la globalización de la ciencia, la protección ambiental y modalidades cada vez más sofisticadas de utilización económica y tecnológica.
Esta política se concreta plenamente en la planificación y posterior ejecución de actividades específicas, plasmadas en el Programa Antártico Nacional, elaborado el año 2002, el cual estructura herramientas de sistematización para llevar a cabo dichas tareas, controlarlas y financiarlas a través de la disposición de recursos entregados anualmente al Consejo de Política Antártica.
En relación con la presencia chilena en el continente helado, ésta data del año 1947, fecha en la cual se constituyó la Primera Base Antártica de nuestro país, representada por la Estación Metereológica y Radiotelegráfica de la Armada de Chile en Puerto Soberanía.
La permanencia continúa en esa importante parte del territorio nacional, no hace sino ratificar la importancia que se le asigna a la proyección del país en una tierra que colinda con los tres océanos más grandes del planeta: El Pacífico, El Atlántico y El Índico.
Sudamérica y particularmente Chile, tienen una proyección privilegiada gracias a su cercanía física con la Antártica, que como patrimonio de la humanidad es considerada una reserva natural dedicada a la paz y la ciencia.
Cabe señalar que las dotaciones institucionales han permanecido en el Continente Antártico por un lapso de tiempo de más de 50 años, manteniendo tres bases permanentes hasta el año 2003, año en el cual fue cerrada la Base “Arturo Prat”, dependiente de la Armada de Chile y mantiene por otra parte, seis bases e instalaciones las cuales son activadas en período estival, siendo tripuladas por una cantidad promedio en el período de invierno de 100 personas y en período estival de 350 personas, todas integrantes de las Fuerzas Armadas en los distintos cargos y especialidades para llevar a cabo sus tareas profesionales, considerando en determinados casos a sus respectivas familias.
Su accionar, se orienta a la ejecución de cuatro importantes actividades:

Soberanía Nacional
Seguridad de la vida humana
Apoyo a la Actividad Científica Nacional e Internacional
Protección del Medio Ambiente y Recursos Vivos
En el ámbito de la Soberanía Nacional, la labor de las Instituciones de la Defensa es reconocida en todo el mundo, ya que su presencia es de las más antiguas en el Continente Blanco. Su misión fundamental, ha sido la de resguardar los intereses de Chile, lo que se ha materializado a través de la operación de las bases institucionales y sus dotaciones permanentes, que se sitúan como los operadores nacionales con más experiencia en el territorio antártico.
La Seguridad de la Vida Humana en la Antártica, se relaciona con la búsqueda y salvamento terrestre, marítimo y aéreo. Es importante destacar que las Instituciones de la Defensa Nacional, cuentan con los medios, el entrenamiento y la experiencia para realizar este tipo de operaciones en la Antártica, por lo que constituyen un valioso aporte en tal sentido.
Esto ha sido demostrado en variadas operaciones de rescate y en el desarrollo de exploraciones que han llegado hasta el Polo Sur.
En lo referido al Apoyo a la Actividad Científica, se implementa las acciones y se proveen los medios materiales y humanos de exploración que permiten efectuar investigaciones tanto a científicos nacionales como extranjeros hacia la profundidad del territorio antártico. Asimismo y conforme a los acuerdos internacionales, se brinda cooperación a los demás países que emprenden este tipo de actividades.
En lo relativo a la Protección del Medio Ambiente, las instituciones participan activamente en el sistema del tratado antártico, impulsando la cooperación científica medioambiental e intensificando las actividades de protección de acuerdo al Protocolo de Madrid.
Considerando la fundamental y permanente presencia que Chile ha tenido en la Antártica, es importante manifestar que resulta prioritario un real compromiso con las actividades que los operadores realizan en dicho territorio, ya que con su esfuerzo y compromiso, han trabajado en pos de la ciencia y el resguardo de la soberanía de nuestro país.









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