Los integrantes de las tres bandadas de la Escuela de Aviación “Capitán Manuel Ávalos Prado” se trasladaron hasta el Regimiento de Artillería Antiaérea y Fuerzas Especiales, en Quintero, para realizar sus respectivas campañas de instrucción.
Se trata de jóvenes que cursan el primer, segundo y tercer año en el plantel institucional, quienes se encuentran realizando las campañas de Instrucción Militar Básica, Supervivencia en el Mar y Paracaidismo Militar, respectivamente.
En el caso de los reclutas de primer año, que ingresaron al Instituto el 25 de enero, su campaña comenzó el 30 de ese mes, fecha a partir de la cual están sometidos a un exigente periodo de instrucción militar que contempla, entre otras actividades, acondicionamiento físico, liderazgo, tiro y formas militares, además de clases de reglamentación y Código de Justicia Militar.
“La Campaña de Instrucción Básica marca el primer contacto con la vida militar, busca formar al recluta en un Cadete de Aviación, además de entregar valores y virtudes militares fundamentales”, explica el Comandante de la Agrupación en Campaña, Comandante de Escuadrilla (TI) Ernesto Pezoa.
Uno de ellos es Tomás Salinas, de 18 años, quien señala que desde pequeño se interesó por la vida militar. Ahora, en terreno, manifiesta que se han cumplido todas sus expectativas y “aunque extraño tener un ritmo de vida menos estricto, me gusta saber que lo que estamos haciendo nos sirve para aprender, crecer y convertirnos en mejores personas y así poder apoyar al país cuando lo requiera”.
Aunque el regreso a la Escuela está programado para comienzos de marzo, el sábado 18 de febrero tendrán la posibilidad de reencontrarse con sus familias en una visita que harán a dicho plantel institucional. “Es un impacto visual y emocional muy fuerte que ayudará a los jóvenes a motivarse y a sus padres a tranquilizarse pues verán a sus hijos vestidos por primera vez con uniforme, y convertidos en hombres más maduros y disciplinados”, explica el Comandante Pezoa.
Para los Cadetes de segundo año tampoco ha sido fácil. Ejercicios de apnea y primeros auxilios, además de experiencias básicas que los ayudarán a desenvolverse en una situación poco favorable en el medio acuático, son algunas de las actividades que han debido desarrollar en la Campaña de Supervivencia en el Mar. Una instrucción que partió el 29 de enero y se extendió hasta el 7 de febrero, período durante el cual debieron sortear una serie de ejercicios reales de supervivencia en los que debieron soportar la adversidad, el frío, el agua, el cansancio… “El objetivo es que adquieran la competencia necesaria para aplicar sus conocimientos en casos de emergencia, además de aprender a nadar individual o colectivamente no sólo para llegar a tierra, sino también para obtener sus alimentos”, explica el Comandante Pezoa.
Fue así como encontramos a la Cadete Javiera Zepeda, de 19 años, sentada en medio de las dunas, en el sector de Ritoque. Cuenta que acaba de cocinar unos animales en un ejercicio de sobrevivencia. “Ha sido realmente una experiencia muy ruda, muy fuerte, se pasa mucho frío, pero así también se aprende mucho, mides tus propias capacidades, capacidades que muchas veces ni siquiera te imaginabas que podías tener. Aprendes que siempre puedes más, mejorar, superarte, valorarte”, sostiene.
Orgullosa de este logro, cuenta que se siente más fuerte y con más ganas que nunca de seguir formándose en la Fuerza Aérea. “Acá realmente vives experiencias distintas, nuevas, que te hacen crecer como persona, a ser más tolerante y crear lazos muy fuertes y eso es lo que te hace seguir adelante”.
Otro caso es el de Max Didier, de 20 años, quien se encuentra realizando la Campaña de Paracaidismo Militar Básico, quizás una de las más emocionantes por el hecho de experimentar por primera vez la sensación de saltar en paracaídas desde una altura de más de mil metros.
Su llegada a Quintero fue el 28 de enero y en estos momentos se encuentra en pleno proceso de instrucción para lo que será su primer salto, el que se tiene programado para el 19 de febrero. Aunque un poco nervioso, asegura que se encuentra muy motivado y, sobre todo, ansioso, pues lo único que desea es que llegue ese día. “La formación ha sido muy exigente y los instructores nos han traspasado mucha seguridad, así que estoy confiado y con ganas de poder disfrutarlo…ha sido una experiencia increíble”, señala.
De esta forma, las tres bandadas esperan concluir con éxito sus respectivos períodos de instrucción para, en un futuro no muy lejano, vestir con orgullo el uniforme que los identifique como Oficiales de la Fuerza Aérea de Chile.
Se trata de jóvenes que cursan el primer, segundo y tercer año en el plantel institucional, quienes se encuentran realizando las campañas de Instrucción Militar Básica, Supervivencia en el Mar y Paracaidismo Militar, respectivamente.
En el caso de los reclutas de primer año, que ingresaron al Instituto el 25 de enero, su campaña comenzó el 30 de ese mes, fecha a partir de la cual están sometidos a un exigente periodo de instrucción militar que contempla, entre otras actividades, acondicionamiento físico, liderazgo, tiro y formas militares, además de clases de reglamentación y Código de Justicia Militar.
“La Campaña de Instrucción Básica marca el primer contacto con la vida militar, busca formar al recluta en un Cadete de Aviación, además de entregar valores y virtudes militares fundamentales”, explica el Comandante de la Agrupación en Campaña, Comandante de Escuadrilla (TI) Ernesto Pezoa.
Uno de ellos es Tomás Salinas, de 18 años, quien señala que desde pequeño se interesó por la vida militar. Ahora, en terreno, manifiesta que se han cumplido todas sus expectativas y “aunque extraño tener un ritmo de vida menos estricto, me gusta saber que lo que estamos haciendo nos sirve para aprender, crecer y convertirnos en mejores personas y así poder apoyar al país cuando lo requiera”.
Aunque el regreso a la Escuela está programado para comienzos de marzo, el sábado 18 de febrero tendrán la posibilidad de reencontrarse con sus familias en una visita que harán a dicho plantel institucional. “Es un impacto visual y emocional muy fuerte que ayudará a los jóvenes a motivarse y a sus padres a tranquilizarse pues verán a sus hijos vestidos por primera vez con uniforme, y convertidos en hombres más maduros y disciplinados”, explica el Comandante Pezoa.
Para los Cadetes de segundo año tampoco ha sido fácil. Ejercicios de apnea y primeros auxilios, además de experiencias básicas que los ayudarán a desenvolverse en una situación poco favorable en el medio acuático, son algunas de las actividades que han debido desarrollar en la Campaña de Supervivencia en el Mar. Una instrucción que partió el 29 de enero y se extendió hasta el 7 de febrero, período durante el cual debieron sortear una serie de ejercicios reales de supervivencia en los que debieron soportar la adversidad, el frío, el agua, el cansancio… “El objetivo es que adquieran la competencia necesaria para aplicar sus conocimientos en casos de emergencia, además de aprender a nadar individual o colectivamente no sólo para llegar a tierra, sino también para obtener sus alimentos”, explica el Comandante Pezoa.
Fue así como encontramos a la Cadete Javiera Zepeda, de 19 años, sentada en medio de las dunas, en el sector de Ritoque. Cuenta que acaba de cocinar unos animales en un ejercicio de sobrevivencia. “Ha sido realmente una experiencia muy ruda, muy fuerte, se pasa mucho frío, pero así también se aprende mucho, mides tus propias capacidades, capacidades que muchas veces ni siquiera te imaginabas que podías tener. Aprendes que siempre puedes más, mejorar, superarte, valorarte”, sostiene.
Orgullosa de este logro, cuenta que se siente más fuerte y con más ganas que nunca de seguir formándose en la Fuerza Aérea. “Acá realmente vives experiencias distintas, nuevas, que te hacen crecer como persona, a ser más tolerante y crear lazos muy fuertes y eso es lo que te hace seguir adelante”.
Otro caso es el de Max Didier, de 20 años, quien se encuentra realizando la Campaña de Paracaidismo Militar Básico, quizás una de las más emocionantes por el hecho de experimentar por primera vez la sensación de saltar en paracaídas desde una altura de más de mil metros.
Su llegada a Quintero fue el 28 de enero y en estos momentos se encuentra en pleno proceso de instrucción para lo que será su primer salto, el que se tiene programado para el 19 de febrero. Aunque un poco nervioso, asegura que se encuentra muy motivado y, sobre todo, ansioso, pues lo único que desea es que llegue ese día. “La formación ha sido muy exigente y los instructores nos han traspasado mucha seguridad, así que estoy confiado y con ganas de poder disfrutarlo…ha sido una experiencia increíble”, señala.
De esta forma, las tres bandadas esperan concluir con éxito sus respectivos períodos de instrucción para, en un futuro no muy lejano, vestir con orgullo el uniforme que los identifique como Oficiales de la Fuerza Aérea de Chile.
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