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martes, 17 de julio de 2012

Recuperado y 100% operativo

SS “Simpson”
Recuperado y 100% operativo
Fieles a su lema, NO FALLAREMOS, y gracias a la inédita proeza de ingenieros navales y ASMAR, a la conducción de la Dirección de Recuperaciones de la Armada y al esfuerzo de la dotación del submarino, el SS “Simpson” volvió a estar íntegramente operativo tras dos años y nueve meses. El regreso de esta unidad a la manada constituye un hito importante en la historia de las tareas de recuperación de unidades navales de la Armada. Con este esperado acontecimiento, la Fuerza de Submarinos celebró este mes su 95° Aniversario.


El terremoto y tsunami de febrero de 2010 puso en jaque la capacidad de la Armada y significó enfrentar un desafío sin precedentes en el ámbito de la Ingeniería Naval.

El pasado 14 de junio, el Director General de los Servicios, Vicealmirante Cristián de la Maza, presidió una pequeña pero significativa ceremonia. Era el esperado y definitivo termino del "refit" del submarino "Simpson". Al respecto, el Comandante en Jefe de esa fuerza, Contraalmirante Osvaldo Schwarzenberg, señaló que "si bien el casco del submarino y su plataforma no fueron afectados por el tsunami, sí lo fueron los talleres de ASMAR, donde se encontraban casi todas sus piezas. Esto significó dilatar su período de mantenimiento, por lo cual su reincorporación nos llena de orgullo y de satisfacción".

La recuperación de emergencia

En agosto de 2009 el submarino había entrado a su período de reparación corta o "refit", que dura alrededor de 18 meses. En eso estaba, cuando el tsunami de febrero del 2010 arrasó con la Base Naval de Talcahuano, cambiando por completo los planes para ésta y otras unidades. El dique "Young", que contenía al "Simpson" amarrado al muelle sur, se elevó con la ola y dio vueltas al interior de la dársena, para finalmente quedar montado sobre el muelle Chacabuco, al extremo norte del embarcadero, con una inclinación que hacía posible su hundimiento en cualquier minuto.


Posterior a la tragedia, el Alto Mando debió definir las prioridades de recuperación: el "Young" -con el "Simpson" en su interior- y la misilera "Chipana" debían convocar todos los esfuerzos institucionales. Fue así como a pocos días de la catástrofe se dispuso la conformación del Comando de Rescate y Salvataje de la Armada (CORSA), a cargo de una misión sin precedentes, con sólo dos Oficiales y siete Gente de Mar inicialmente, asumiendo una de las tareas más complejas desde el punto de vista de la Ingeniería Naval. Primero, había que despejar la dársena para que otras unidades fueran en apoyo del "Young". Esto significó el reflotamiento de otros dos diques: el "Meri" y el "Mutilla", que se encontraban semihundidos en medio del desastre. Luego, más de 40 buzos se dieron a la tarea de limpiar el fondo marino y sacar la basura que había dejado el tsunami con tal de evitar que nuevas unidades sufrieran daños. Mientras tanto, un grupo de Ingenieros de ASMAR y otros Oficiales se reunían diariamente para diseñar el plan de recuperación del "Young", poniendo a prueba su ingenio y perseverancia.

Esta tarea no fue fácil. En la medida que iban surgiendo nuevas ideas, al poco rato eran desechadas por otras mejores. Así, estuvieron durante tres meses hasta que consiguieron diseñar y planificar una maniobra única en la historia de rescates de unidades navales.

En primera instancia, el plan consistió en enderezar el dique y dejarlo perpendicular al muelle, de tal forma que pudiera deslizarse y caer al mar sin dañar al submarino en su interior. Esto significó el esfuerzo y motivación de más de 90 hombres que a esas alturas conformaba el CORSA, y que habían sido trasbordados de diversos lugares para cumplir con esta importante misión. El valor y voluntad de estos marinos fue esencial para lograr el objetivo. Prueba de ello fue un voluntario que se introdujo debajo del dique para cortar con una antorcha láser la bita que mantenía el dique enganchado. Luego había que cortar parte del muelle para instalar unas ramplas y mangas de goma, tipo roller bags, que permitieran deslizar el dique para que, finalmente, cayera al mar y que el submarino sufriera cero impacto. Además, el "Simpson" fue apuntalado y soldado al megacontainer, para mitigar daños.


Mientras tanto, la dotación del "Simpson" se hacía parte de las diversas instancias de recuperación y del control de calidad y pruebas de los trabajos que se hicieron durante la reparación. Su Comandante, Capitán de Fragata Eduardo Torres, cuenta que, por ejemplo, la propia dotación participó en el diseño de la mesa de navegación, que fue encargada a una empresa nacional y que constituye hoy uno de los elementos más modernos al interior del submarino. Esto, porque además había que asumir la pérdida de todas las piezas que se encontraban en los talleres de ASMAR al momento del tsunami, lo que significó hacer toda una operación logística para adquirir y reponer los repuestos y piezas que se había llevado la ola.

El Comandante Torres recuerda con alegría la mañana del 14 de julio de 2010, cuando a las 11.45 horas el dique "Young" fue reflotado con el "Simpson" en su interior, gracias a un mancomunado esfuerzo entre Ingenieros Navales de ASMAR y el CORSA. Su Condestable, Suboficial Elías Valencia, por su parte, relata con emoción lo que significó recuperar el submarino, considerando las condiciones en las que quedó. "Pensamos que se había perdido, por eso el esfuerzo que se hizo por sacarlo adelante nos llena de orgullo y navegar de nuevo es verdaderamente reconfortante", cuenta. En esa misma línea, el Cabo 1° Juan Tapia señala, en cuanto a la recuperación del buque, que "ver todo el proceso, y verlo hoy operar con la eficacia que tiene, es muy gratificante".

Con este esperado acontecimiento, la Fuerza de Submarinos celebró su 95° Aniversario con sus cuatro submarinos operativos. Dos de tipo, el "Simpson" y el "Thomson"; dos de tipo Scorpene, el "O'Higgins" y el "Carrera", y el Buque Madre "Almirante Merino".

La guerra submarina


El SS "Simpson" es una unidad de última generación, fabricada en astilleros alemanes especialmente para Chile, siendo uno de los más modernos de su tipo. Su sistema de propulsión diesel-eléctrico le permite operar con el silencio que exige su naturaleza disuasiva. Su misión es contribuir a la Fuerza de Submarinos a través de una eficiente y eficaz operatividad en conjunto con otras unidades. Actualmente, el SS "Simpson" cuenta con un alto nivel de modernización y su capacidad responde a las características más remozadas posibles. El Teniente 2° Felipe Robles cuenta que eligió ser submarinista "por su alto grado de especialización y por las exigencias que conlleva. Desde que entré a la Escuela Naval quise ser submarinista".

Los submarinistas se forman en la Escuela de Submarinos, en Talcahuano, y es una especialidad que requiere operar en medios estrechos y confinados, por lo que al interior de un submarino surge de manera espontánea un alto nivel de camaradería y compañerismo. El espíritu y moral de los 40 marinos que forman la dotación del buque está alta. Los últimos cuatro meses de la mantención del submarino fueron durísimos para lograr el grado de alistamiento y capacidad operativa. Ahora, están listos para enfrentar un exigente entrenamiento, para sacar el mejor rendimiento posible de su unidad. Mientras se entrenan, la vida a bordo se transforma en un mundo paralelo. El silencio debe administrarse de tal forma de convertirse en una herramienta a favor para no ser percibidos y la paciencia debe cultivarse, ya que todos los espacios son comunes. El Teniente 1° Gonzalo Álvarez asegura que uno de los aspectos más complejos al interior de un submarino es la convivencia. "Por eso es necesario modelarse y trabajar la tolerancia y el respeto para lograr la armonía al interior del submarino", agrega.

Para hacerse una idea, en un espacio de 25 metros cuadrados duermen alrededor de 18 marinos, aunque nunca están todos ya que se navega con un sistema de guardias. Lo importante es que cada uno mantenga su "chaza" o espacio personal ordenado para no perturbar al otro. Otro aspecto importante es el descanso. La noche es señalizada con una luz roja que indica el cambio del día a la noche y, de esa forma, la dotación toma conciencia del paso de los días. Para el Sargento 2° Víctor Fuentes, que mide 1.85 metros, es una cuestión de costumbre. "A veces, uno se despierta y sale corriendo y no pasa nada. Es normal porque ya estamos acostumbrados", señala asegurando que para él no es más complicado pese a su altura. Un aspecto a favor, señala el Sargento 1° Leonardo Anguita, es que todos se conocen. "Somos pocos y nos conocemos todos en la Fuerza. Es cosa de verse la cara y uno sabe lo que le pasa al otro. Y eso, a nivel de Oficiales y Gente de Mar", señala, reafirmando la idea de que la mística al interior de los submarinos es un factor clave para las dotaciones.

Sin duda, el rancho es uno de los aspectos fundamentales para mantener el buen ánimo de la dotación. El Maestro de Cocina, Cabo 1° Rodrigo Silva, se las arregla para preparar buena comida pese a los movimientos y evoluciones que realiza el submarino en diversas velocidades y rumbos. Son más de 50 raciones diarias, 2 veces al día, además de desayuno y once. ¿El plato que más valora la dotación? La mítica empanada del día jueves.
Fotos gentileza Felipe González/El Mercurio.

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