Catorce mil 534 integrantes del Ejército realizaron, este 9 y 10 de julio, su Juramento a la Bandera en las diferentes unidades militares desde Putre a Tierra del Fuego. La ceremonia central se efectuó en la Escuela de Suboficiales, y fue encabezada por el Presidente de la República, Sebastián Piñera, acompañado por el Ministro de Defensa, Andrés Allamand, y por el Comandante en Jefe, General Juan Miguel Fuente-Alba.
Cada año y con el propósito de rendir un justo homenaje a los héroes del Combate de La Concepción, donde 77 soldados chilenos entregaron su vida en la hazaña más heroica de la historia militar de Chile, los hombres y mujeres que se incorporan a las filas de la institución Juran a la Bandera, en un simbólico acto que rememora ese hecho de armas y que constituye un legado permanente de honor y gloria a quienes son “los mártires del deber militar”.
Para referirse al significado de este sublime acto de amor y compromiso con la Patria, que realizaron en la Escuela de Suboficiales 4 oficiales, 10 clases, 783 soldados dragoneantes y 58 soldados conscriptos, hizo uso de la palabra el Director de la Escuela, Coronel Roberto Moreno D. Al recordar la hazaña explicó que “hace 130 años, el 9 y 10 de julio de 1882, en la Sierra peruana, el poblado de La Concepción fue testigo de una de las epopeyas más heroicas que registra la historia militar universal, donde no hubo sobrevivientes”, hecho que definió como“la demostración más elevada de lo que es la conciencia del deber, el espíritu de sacrificio, el amor a la patria, el honor del chileno y el valor consciente con la certidumbre absoluta de que se entregó la vida por una causa digna, su regimiento, su Ejército y especialmente su Patria”.
Tras el juramento de los soldados afirmó que este acto, como “promesa sagrada” enraizada en el alma de las instituciones armadas, “es un solemne compromiso que han pronunciado ante Dios y la bandera, los obliga y los une de por vida a dar lo mejor de cada uno de ustedes en beneficio del país. Han pasado a ser en propiedad soldados, hijos y parte constitutiva de esta patria generosa en heroísmo, lo que exige vuestro aporte en beneficio de la misión constitucional que le compete al Ejército”.
Finalmente, les recordó que deben ser“dignos exponentes de este invicto Ejército, que nació con la República y que hoy está empeñado en alcanzar adecuados niveles de disuasión, para contribuir a la defensa, seguridad y cooperación internacionales, además de cumplir con la responsabilidad social propia de una organización fundamental y permanente. Todo ello en beneficio de la paz, condición tan necesaria para alcanzar el desarrollo que todos anhelamos”,concluyó.
En honor a este solemne compromiso, invocando a Dios y la bandera y junto a su familia y seres queridos, el Vicerrector del Santuario Nacional de Maipú, Reverendo Francisco Basañez, junto al Pastor Evangélico Juan Lagos, procedieron a bendecir al personal juramentado.
Acto seguido, el Comandante en Jefe entregó al Presidente de la República, el primer ejemplar del libro “Ignacio Carrera Pinto: El Héroe”, obra del investigador y profesor de Historia, y Economía Política de la Universidad de Chile, Julio Miranda, editada por el Departamento Comunicacional del Ejército. El texto revive pasajes inéditos de la vida del héroe, su compromiso de honor y de los 77 inmortales de La Concepción, como protagonistas de un hecho que conquistó a perpetuidad el agradecimiento de la sociedad chilena. Por ello el General Fuente-Alba, al hacer entrega del texto, le indicó “quiero que como primera autoridad de la República reciba el primer ejemplar del libro que habla del héroe Ignacio Carrera Pinto”.
La ceremonia finalizó con el tradicional desfile de Honor, a los sones de la marcha “Dragoneantes en desfile”.
Este año, en todo el país fueron 160 oficiales, 979 clases, 1.294 soldados de tropa profesional, 11.056 soldados conscriptos y 1.045 alumnos quienes se comprometieron con el futuro de Chile en un juramento -precedido por la simbólica Vigilia de Armas- que realizan con sus camaradas para proveer a Chile de seguridad, defensa y paz, al tiempo que honran la memoria de quienes, 130 años antes, ofrendaron su vida para custodiar la bandera nacional.
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