Después de que militares bolivianos atacaran poblaciones brasileñas en la línea fronteriza, el gobierno brasileño aún aguarda una respuesta formal del gobierno de Evo Morales, tras la denuncia formulada por la cancillería brasileña, acusando a soldados bolivianos de atacar poblaciones brasileras en la frontera, hiriendo a numerosos habitantes locales a los que mataron los ganados, incendiaron propiedades y ordenaron abandonar la zona.
Colonos brasileros que viven en la zona fronteriza lindera a los departamentos bolivianos de Pando y Acre, denunciaron que uniformados del país andino ingresaron violentamente a sus propiedades, allanaron y coparon sus viviendas, mataron ganado, dañaron plantaciones y sometieron a todos los brasileños a malos tratos, con el resultado de varios heridos.
Los problemas tienen origen en las disposiciones de Evo Morales de 2006, al decretar que en la franja fronteriza de 50 kilómetros en el límite con naciones vecinas, no podrán ser poseedores de tierra ciudadanos extranjeros. Ello, que no sería más que una medida espejo de la que muchos países sudamericanos practican, en su aplicación boliviana apareja graves matices. El gobierno de Bolivia, notoriamente, aprecia la ostentación innecesaria- lindante en lo demagógico- de fuerza, cada vez que ha dictado medidas similares, desde la muy reciente ocupación de una empresa de electricidad española, hasta la primera nacionalización de refinrías de la brasileña Petrobrás, precedida de una operística ocupación de la misma por parte de paracaidistas.
Logicamente, esto ha generado un gran diferendo con los colonos brasileños que poseían tierras que alcanzaban desde Brasil hasta entrado el territorio boliviano. Los mismos recibieron esta semana un ultimátum de La Paz para el inmediato abandono de la frontera del lado boliviano, lo que viola un protocolo acordado entre Brasil y Bolivia, para proceder a la desocupación el próximo 31 de diciembre.
Según el diario Folha de Sao Paulo, los soldados bolivianos, no conformes con amedrentar a los brasileños en su territorio, llegaron a la ciudad fronteriza brasilera de Capixaba , en el estado de Acre,( 9.000 habitantes), donde desfilaron armados por las calles céntricas del poblado.
El encargado de negocios de la embajada de Brasil en La Paz, recibió de los colonos fotografías y abundantes testimonios, sobre la presencia de militares bolivianos armados en territorio de Brasil, violando todas las normas internacionales en la materia.
Anteriormente, efectivos policiales bolivianos, apesar de la existencia de acuerdos limítrofes para facilitar la acción de ambos cuerpos de seguridad, a uno y otro lado de la frontera, han ingresado armados dentro de algunas ciudades brasileñas, con el pretexto de perseguir posibles delincuentes, sin avisar-como está acordado- a sus colegas.
En los dos últimos años, también se han producido incidentes en la frontera de Paraguay y Bolivia, con acusaciones del gobierno guaraní contra elementos bolivianos, de ejercer procedimientos de refoulement (secuestro de ciudadanos de un país en territorio de otro, sin mediar convenios o extradiciones), así como el propio Brasil, en ocasión del supuesto intento de golpe de estado contra Morales, tiempo atrás, investigó tentativas y seguimientos de opositores en vías de refugio, en tal sentido, de oficiales bolivianos, en territorio de Mato Grosso o Acre.
Argentina también sufrió la intromisión de militares bolivianos en la provincia de Salta, al mando de un alto oficial en estado de ebriedad, los cuales desmontaron una maderera,y, al grito de" esto fue nuestro", la transportaron a territorio de Bolivia. Hasta hace pocos meses, al menos, tampoco han faltado roces con Perú.
Brasil, por lo pronto, ya ordenó el envío de efectivos fuertemente armados para controlar la frontera, mientras sus autoridades confirmaron que la expulsión de los colonos viola un tratado firmado entre ambos países para extender el desalojo en el área fronteriza hasta el 31 de diciembre próximo.
(Javier Bonilla)
Colonos brasileros que viven en la zona fronteriza lindera a los departamentos bolivianos de Pando y Acre, denunciaron que uniformados del país andino ingresaron violentamente a sus propiedades, allanaron y coparon sus viviendas, mataron ganado, dañaron plantaciones y sometieron a todos los brasileños a malos tratos, con el resultado de varios heridos.
Los problemas tienen origen en las disposiciones de Evo Morales de 2006, al decretar que en la franja fronteriza de 50 kilómetros en el límite con naciones vecinas, no podrán ser poseedores de tierra ciudadanos extranjeros. Ello, que no sería más que una medida espejo de la que muchos países sudamericanos practican, en su aplicación boliviana apareja graves matices. El gobierno de Bolivia, notoriamente, aprecia la ostentación innecesaria- lindante en lo demagógico- de fuerza, cada vez que ha dictado medidas similares, desde la muy reciente ocupación de una empresa de electricidad española, hasta la primera nacionalización de refinrías de la brasileña Petrobrás, precedida de una operística ocupación de la misma por parte de paracaidistas.
Logicamente, esto ha generado un gran diferendo con los colonos brasileños que poseían tierras que alcanzaban desde Brasil hasta entrado el territorio boliviano. Los mismos recibieron esta semana un ultimátum de La Paz para el inmediato abandono de la frontera del lado boliviano, lo que viola un protocolo acordado entre Brasil y Bolivia, para proceder a la desocupación el próximo 31 de diciembre.
Según el diario Folha de Sao Paulo, los soldados bolivianos, no conformes con amedrentar a los brasileños en su territorio, llegaron a la ciudad fronteriza brasilera de Capixaba , en el estado de Acre,( 9.000 habitantes), donde desfilaron armados por las calles céntricas del poblado.
El encargado de negocios de la embajada de Brasil en La Paz, recibió de los colonos fotografías y abundantes testimonios, sobre la presencia de militares bolivianos armados en territorio de Brasil, violando todas las normas internacionales en la materia.
Anteriormente, efectivos policiales bolivianos, apesar de la existencia de acuerdos limítrofes para facilitar la acción de ambos cuerpos de seguridad, a uno y otro lado de la frontera, han ingresado armados dentro de algunas ciudades brasileñas, con el pretexto de perseguir posibles delincuentes, sin avisar-como está acordado- a sus colegas.
En los dos últimos años, también se han producido incidentes en la frontera de Paraguay y Bolivia, con acusaciones del gobierno guaraní contra elementos bolivianos, de ejercer procedimientos de refoulement (secuestro de ciudadanos de un país en territorio de otro, sin mediar convenios o extradiciones), así como el propio Brasil, en ocasión del supuesto intento de golpe de estado contra Morales, tiempo atrás, investigó tentativas y seguimientos de opositores en vías de refugio, en tal sentido, de oficiales bolivianos, en territorio de Mato Grosso o Acre.
Argentina también sufrió la intromisión de militares bolivianos en la provincia de Salta, al mando de un alto oficial en estado de ebriedad, los cuales desmontaron una maderera,y, al grito de" esto fue nuestro", la transportaron a territorio de Bolivia. Hasta hace pocos meses, al menos, tampoco han faltado roces con Perú.
Brasil, por lo pronto, ya ordenó el envío de efectivos fuertemente armados para controlar la frontera, mientras sus autoridades confirmaron que la expulsión de los colonos viola un tratado firmado entre ambos países para extender el desalojo en el área fronteriza hasta el 31 de diciembre próximo.
(Javier Bonilla)
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