SANTIAGO ESCOBAR
Abogado y Cientista Político.
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Durante el primer semestre del 2011 el Ejército recibió de vuelta tres helicópteros SA-330L Puma, que habían sido enviados a Rumania a fines del 2009, para ser sometidos a trabajos de extensión de vida útil y modernización. Las máquinas regresaron al país entre abril y septiembre del 2011, luego de haber sido probadas y aceptadas a satisfacción por una comisión técnica del Ejército en ese país. No obstante ahora, la institución castrense desea venderlos, pese a haber pagado 20 millones de dólares en su reparación.
Al momento de ser aprobado el proyecto, el año 2009, también incluyó un cuarto helicóptero Puma, en ese momento destacado en Haití con la misión de paz MINUSTAH, y que hasta hoy no es enviado a su modernización.
Ahora el Ejército desea dar de baja y vender los tres aparatos ya modernizados, por lo cual ha decidido que sean utilizados al mínimo por la Brigada de Aviación de Ejército (BAVE) en Rancagua.
Los ambientes y procedimientos que rodean estas erráticas decisiones han sido objeto de fuertes críticas en el pasado reciente, sobre todo en lo que respecta a los vínculos de las instituciones armadas con los proveedores de armas y servicios para la Defensa, así como por la forma en que se estructuran las decisiones de compra. Según los críticos, son los propios proveedores los que utilizando sus contactos dentro de las instituciones y con los fabricantes, van armando los negocios al interior de las ramas.
Durante el primer semestre del 2011 el Ejército recibió de vuelta tres helicópteros SA-330L Puma, que habían sido enviados a Rumania a fines del 2009, para ser sometidos a trabajos de extensión de vida útil y modernización. Las máquinas regresaron al país entre abril y septiembre del 2011, luego de haber sido probadas y aceptadas a satisfacción por una comisión técnica del Ejército en ese país. No obstante ahora, la institución castrense desea venderlos, pese a haber pagado 20 millones de dólares en su reparación.
Al momento de ser aprobado el proyecto, el año 2009, también incluyó un cuarto helicóptero Puma, en ese momento destacado en Haití con la misión de paz MINUSTAH, y que hasta hoy no es enviado a su modernización.
Ahora el Ejército desea dar de baja y vender los tres aparatos ya modernizados, por lo cual ha decidido que sean utilizados al mínimo por la Brigada de Aviación de Ejército (BAVE) en Rancagua.
Los ambientes y procedimientos que rodean estas erráticas decisiones han sido objeto de fuertes críticas en el pasado reciente, sobre todo en lo que respecta a los vínculos de las instituciones armadas con los proveedores de armas y servicios para la Defensa, así como por la forma en que se estructuran las decisiones de compra. Según los críticos, son los propios proveedores los que utilizando sus contactos dentro de las instituciones y con los fabricantes, van armando los negocios al interior de las ramas.
Según fuentes de la defensa, los esfuerzos de Cartoni por obtener el contrato se vieron favorecidos por el fuerte apoyo del grupo industrial aeroespacial y de defensa EADS, propietario de Eurocopter, el que se ha convertido en un proveedor privilegiado del Estado chileno en la última década.
Los trabajos de refacción y modernización de los SA-330L consistieron en reemplazo de componentes estructurales agotados, de nuevos motores Makila del fabricante Turbomeca —también representado por Cartoni— una nueva transmisión, nueva caja de engranajes, nuevo sistema de control para los motores, nuevas palas para el rotor de cola y depósitos de combustible de mayor capacidad.
También incluyeron la digitalización de los sistemas de control y comunicaciones, incorporando pantallas LCD compatibles con el uso de gafas de visión nocturna en su panel de control, un piloto automático digital, un sistema de navegación asistido por GPS, nuevos lanzadores de señuelos y bombillas (chaff/flare) además de un sistema defensivo de contra-medidas electrónicas (ECM). Es decir una renovación completa, que justifica el costo cercano a los 20 millones de dólares pagados por ellos.
El problema es que ahora el Ejército no los desea. La razón sería que el mando institucional apunta a estandarizar la flota de helicópteros de transporte en el modelo AS-532 Cougar, también fabricado por Eurocopter. Como dato curioso está que la primera partida de ocho Cougar, adquirida por el Ejército a fines del 2007 por un valor cercano a los 180 millones de dólares, también fue promovida por Virgilio Cartoni, naturalmente con el fuerte apoyo de AEDS, sede Santiago.
Las fuentes subrayan que la estandarización de la flota de helicópteros de transporte en los AS-532 Cougar, que incluía el retiro de los viejos SA-330L Puma, ya había sido decidida dentro de los planes institucionales cuando se aceptó, incomprensiblemente, la propuesta de Cartoni para modernizar estos últimos. Agregan que eso se hizo gastando fondos de la defensa que habían sido originalmente asignados a otros proyectos, los que quedaron sin financiamiento y debieron ser cancelados o postergados.
La propuesta fue presentada al General Antonio Jaksich, que entonces era jefe de la Brigada de Aviación del Ejército (BAVE), quien la acogió y dio todo su apoyo, aún cuando era consciente que estaba prevista la baja de esas aeronaves en pocos años, ya que tenían más de cuatro décadas de uso.
El general Jaksich habría convencido al general Óscar Izurieta —actual Subsecretario de Defensa y entonces Comandante en Jefe del Ejército— de que los Puma todavía podían ser de utilidad, lo que habría dado luz verde al proyecto.
Sin embargo, el sucesor de Izurieta, el general Juan Miguel Fuente-Alba, desde que se hizo cargo del mando del Ejército en marzo de 2010, se orientó a reforzar la política adoptada años antes de estandarizar equipamiento para bajar costos y simplificar la logística. En ella no habría lugar para los viejos Pumas. Fuente-Alba pasó a retiro a Jaksich en diciembre del año pasado, en la última renovación de mandos del Ejército, pero hoy da señales ambiguas sobre los Puma.
Tras el arribo de los AS-330L modernizados, a mediados del 2011, el Ejército dispuso que fuesen utilizados al mínimo, para evitar desgaste y fallas mientras se buscaba un comprador.
La situación no deja de llamar la atención dado que no quedan claras las razones que impulsaron a invertir 20 millones de dólares —equivalentes a 9.600 millones de pesos— en modernizar aparatos que ya estaban destinados a la baja, y cuyo valor difícilmente se recuperará. Pero ello no es lo peor.
La paradoja es que fuentes cercanas al mundo militar señalan que el propio Cartoni, impulsor de la modernización de esas aeronaves, estaría ofreciendo ahora sus servicios para “liberar” al Ejército de los helicópteros. La fórmula está en ponerlos en parte de pago de otra transacción. Una posibilidad es que sirvan como parte de pago de tres aviones de transporte G-222 que presentó a esa institución a fines del 2011. Se trata de aparatos con treinta años de antigüedad, dados de baja por el ejército argentino y puestos a la venta por 3 millones de dólares, y que Cartoni habría ofrecido en 20 millones de dólares, incluida su refacción y modernización por parte del fabricante italiano Alenia.
Pero la posibilidad más cierta, es que luego de buscar infructuosamente compradores desde octubre del año pasado, el Ejército decidió entregarlos en parte de pago por otro helicóptero del modelo Súper Puma. Es decir los tres helicópteros Puma cuyo valor se estima en unos 30 millones de dólares, se entregarían por un Súper Puma que vale alrededor de 20 millones.
Más aún, el Ejército estaría dispuesto a comprar otros seis Súper Puma usados puestos a la venta por el gobierno de Holanda, poniendo marcha atrás a la decisión de enero de 2010.
Todo parece ser errático en materia de adquisición de armamentos, donde el tema no es planificación, sino oportunidades de mercado. La decisión de pasarse a los Cougar (el gobierno holandés también tiene una partida para vender) no parece haber enraizado suficientemente en la institución, y finalmente parece el Ejército persistirá con los Puma.
La interrogante es cuánto influyen los brokers y representantes de empresa en estas decisiones pues, en cualquier caso, Cougar o Puma, siempre se insinúa o aparece el interés de empresas como Eurocopter, Turbomeca o CYM, la firma de Cartoni que opera como gran articulador. De control civil, por supuesto ni se habla.
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