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martes, 13 de marzo de 2012

Gobernador de las Malvinas asegura que Argentina está empeñada en hacer imposible la vida de isleños

Gobernador de las Malvinas asegura que Argentina está empeñada en hacer imposible la vida de isleños


El gobernador británico de las Malvinas, Nigel Haywood, dijo a la prensa que Argentina está empeñada en hacer imposible la vida de los habitantes de las islas, a menos de tres semanas de cumplirse 30 años de la guerra por la posesión del territorio insular entre Buenos Aires y Londres.

“Argentina está empeñada en hacernos la vida imposible”, afirmó Haywood en una entrevista que publica este martes el diario argentino El Cronista, en la que sostuvo que la actitud del gobierno de Cristina Kirchner “da pena”.

 

El funcionario británico dijo “no entender” las intenciones de Argentina porque, aseguró, “no es posible discutir la soberanía, los vuelos (hacia las islas) o lo que sea de Malvinas, sin hablar con el gobierno de Malvinas” (Falklands para los británicos).

Argentina desconoce a las autoridades de las Malvinas como interlocutores para eventuales negociaciones por la disputa de soberanía del archipiélago (3.000 habitantes) ocupado por el Reino Unido desde 1833 y afirma que sólo discutirá con el gobierno británico, aunque Londres se niega en forma sistemática a entablar un diálogo.

“Argentina está amenanzado permanentemente con hacernos la vida cada vez más complicada (…) Nosotros no estamos levantando la tensión, pero cada semana nos llegan de Argentina amenazas o algo que se parece a ellas”, insistió Haywood.

A poco del 30 aniversario de la guerra, el gobierno de Kirchner encara una ofensiva diplomática para intentar que Londres acepte discutir la soberanía de las islas, mientras Argentina ha recibido la solidaridad en su reclamo de países latinoamericanos.

En particular, naciones del Mercosur como Brasil y Uruguay, así como Chile (asociado al bloque) impiden que buques con bandera de las Malvinas ingresen a sus respectivos puertos.

La guerra entre Buenos Aires y Londres en 1982 dejó 649 argentinos y 255 británicos fallecidos y culminó con la derrota de la nación sudamericana, entonces gobernada por una dictadura militar.

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